Causas de la caída del cabello
Existen una infinidad de motivos por los que una persona puede comenzar a perder densidad capilar. Incluso en muchas ocasiones determinar el motivo exacto es muy complicado. A continuación, en este post, comentamos algunas de las causas de la caída del cabello más comunes.
Principales causas
Factores genéticos: Esta es una de las causas de la caída del cabello más comunes. En muchos casos, sobre todo cuando tenemos entre manos un caso de alopecia androgénica o calvicie común, vemos que el problema ya había dado la cara en las generaciones anteriores. Esto es un punto muy significativo, sobre todo, en el caso de las mujeres, a las que los problemas de perdida de cabello les afectan en mayor medida, a nivel psicológico principalmente, por lo que conociendo los antecedentes familiares y ante los primeros síntomas debemos tomar acción, acudir a un profesional para pautar el tratamiento necesario y detener el avance de la alopecia.
Cambios hormonales: Más significativo en las mujeres, principalmente con los cambios hormonales que se producen durante al embarazo o la menopausia. Se pueden producir alopecias que pueden ser temporales o permanentes.
Enfermedades: Existen muchas enfermedades que pueden contribuir a la caída del cabello y que no siempre afectan al cuero cabelludo. Algunas de las más típicas son el hipotiroidismo, la alopecia areata, el síndrome de ovario poliquístico (SOP) y la tricotilomanía.
Estrés físico o emocional: Esta es otra de las causas de la caída del cabello más frecuentes. El estrés físico o emocional puede causar la caída temporal del cabello. Situaciones estresantes como una enfermedad grave, una cirugía importante o un trauma emocional pueden desencadenar este tipo de pérdida de cabello.
Deficiencias nutricionales: Una dieta deficiente en ciertos nutrientes esenciales, como hierro, zinc, biotina y vitamina D, puede contribuir a la caída del cabello. Una mala alimentación puede afectar negativamente a la salud del cabello.
Tratamientos médicos y medicamentos: Algunos tratamientos médicos, como la quimioterapia, pueden provocar la caída del cabello. Además, ciertos medicamentos, como los anticoagulantes, los medicamentos para la hipertensión y los medicamentos para la artritis, pueden tener alopecia como efecto secundario.
¿Se puede prevenir la caída del pelo?
La respuesta a esta pregunta ha cambiado con el paso de los años, el avance de los tratamientos y los medicamentos. Se ha pasado del no podemos hacer nada a dar una respuesta afirmativa, siempre con cautela, ya que en algunas afecciones la pérdida del folículo piloso es definitiva.
Uno de los puntos más importantes para prevenir la pérdida de cabello es buscar ayuda tan pronto comencemos a notar síntomas, el más llamativo es la caída del pelo, que por norma general no se da de forma repentina y se produce un descenso de la densidad capilar con el paso de los años.
Es necesario acudir a un médico especialista que realizará un estudio minucioso de nuestra situación, identificará el tipo de alopecia que nos afecta, y evaluará las opciones de tratamiento necesario para recuperar los folículos pilosos en el caso que esto sea posible.
¿Qué tratamientos capilares existen?
Hablaremos sobre los tratamientos para la alopecia androgénica o calvicie común, que es por la que acuden el 90% de pacientes a nuestra clínica.
Estos tratamientos están enfocados a detener el avance de la caída del pelo y recuperar los folículos pilosos que se van miniaturizando debido a esta enfermedad.
Tratamiento tópico:
Minoxidil: El minoxidil es el primer tratamiento tópico aprobado por la FDA para la alopecia androgenética en 1988. Posee el nivel más alto de evidencia científica. Lo podemos encontrar en forma solución o espuma (esta es la que recomendamos en Ártica por la facilidad de aplicación y el menor riesgo de efectos adversos) que se aplica directamente en el cuero cabelludo. Buscando estimular el crecimiento del cabello y frenar su caída.
Tratamiento oral:
Antiandrógenos: Son medicamentos orales aprobado para el tratamiento de la alopecia androgénica. Actúan inhibiendo la enzima 5-alfa reductasa, que convierte la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), una hormona asociada con la pérdida de cabello. Al reducir los niveles de DHT, ayuda a frenar la caída del cabello y estimula el crecimiento del pelo, pero sobre todo, revierte el proceso de miniaturización. La mala fama de este medicamento viene dada por su prospecto, en el que se indica que en algunos casos puede producir impotencia y descenso de la lívido. Esta mala fama no se demuestra en ensayos clínicos, se sabe que usando las dosis adecuadas es un tratamiento seguro, muy utilizado y con excelentes resultados. Añadir también que en caso de aparecer alguno de estos síntomas desaparecen al suspender el tratamiento.
Minoxidil: desde hace unos años el minoxidil se utiliza también por vía oral con excelentes resultados y escasos efectos adversos. Al ser un estimulador del crecimiento capilar, puede hacer crecer pelo en zonas no deseadas; pero esto es poco frecuente utilizando las dosis adecuadas y, al igual que pasa con los antiandrógenos, si tenemos efectos adversos, estos desaparecen al retirar el fármaco
Suplementación oral: Muchas veces la pérdida de densidad capilar es debida a algún déficit vitamínico o deficiencias en la dieta. Por lo que se recomienda la utilización de complejos vitamínicos específicos para suplir estas deficiencias.
Mesoterapia:
La mesoterapia es un procedimiento médico que consiste en la inyección intradérmica, mínimamente invasiva, de diferentes principios activos directamente en la región a tratar permitiendo abordar afecciones de forma localizada.
Antiandrógenos: La forma más frecuente de alopecia entre la población es la alopecia androgenética. Esto hace que se busquen cada vez más tratamientos específicos para controlarla. Los fármacos más usados en este sentido son la finasterida y el dutasteride; ambos con la misma acción, la inhibición de las isoenzimas de la 5 alfa reductasa.
Minoxidil: Su eficacia está demostrada y de hecho es de los pocos tratamientos autorizados por la FDA como tratamiento de la alopecia. El problema de la mesoterapia con minoxidil es que, al penetrar en la piel, debido a su viscosidad y a un pH diferente ocasionan una molestia importante, que podemos controlar con anestesia. Se suele usar combinado con otras mesoterapias.
Plasma Rico en plaquetas (PRP): Se usa en la tricología por su capacidad de estimulación del crecimiento del folículo piloso. El PRP se puede usar como mesoterapia en cualquier tipo de alopecia, tanto en las cicatriciales como las no cicatriciales. En general se usa como terapia adyuvante para mejorar el crecimiento, pero no como terapia específica pues no cura la causa de las diferentes patologías.
Vitaminas, antioxidantes y minerales: Como el folículo piloso tiene una actividad metabólica elevada, las vitaminas y minerales se encargarán de estimular el crecimiento, los antioxidantes de evitar el daño ocasionado por los radicales libres y el estrés oxidativo.
Trasplante capilar:
El trasplante capilar es uno de los tratamientos más efectivos, independientemente de cuáles sean las causas de la caída del cabello. En una gran cantidad de casos tratados con las técnicas mencionadas anteriormente, mínimamente invasivas en comparación con el trasplante capilar, son suficientes para recuperar una densidad de cabello importante con lo que muchas veces el trasplante queda en un segundo plano.
En los últimos años y con la mejora de las técnicas y la tecnología los microinjertos capilares han pasado de ser intervenciones complicadas y con duros postoperatorios a intervenciones relativamente sencillas, mucho menos invasivas y con una recuperación muy rápidas.
En Ártica realizamos microinjerto capilar en nuestra clínica de Viveiro, con la técnica FUE-DHI en la cual se extraen y se injertan los folículos pilosos uno a uno, mejorando su supervivencia, dando unos resultados espectaculares y minimizando los efectos adversos, permitiendo una incorporación más rápida a la vida laboral. Además, para que el proceso sea lo más placentero posible, se realiza sedación durante el trasplante.
